jueves, 20 de enero de 2011

Crónica de Días pesados #1

La disciplina es algo que me cuesta entender, bueno no entender mas bien la disciplina no es mi fuerte. En lo personal a mi no se me da mucho esto de tener que apegarme a ciertas normas o reglas. Trato en ocasiones de sacar mi lado disciplinado y  responsable, pero lo típico es que pueda mantenerme en esa situación por lo menos un par de días y si exagero una semana. Lo digo un tanto por las dietas y por el ejercicio. Aunque ahí debo añadir otros factores que no me permiten llevar a cabo una dieta o ser constante para realizar algo de actividad física. Las dietas son algo impensable para mí, porque (afortunadamente para mi) siempre ando devorando lo que pueda y si las he considerado es porque soy consciente de que debo cuidarme mas, ya saben, no tantas grasas, cuidarme más, no tanta carne, cuidarme más, no tanta azúcar, cuidarme más y bla bla bla... Realizar algo de ejercicio tiene la misma motivación: cuidarme más (así tipo mantra: Cuidarme más, cuidarme más, cuidarme más, al infinito y blablabla...) y quizás verme mejor (lo cual me da justo en mi lado flaco, el ego).

Lo malo eso sí, es que mi hueva para hacer las cosas suele ser tremenda, inconmensurable a un grado tal que, por ejemplo, tuve compañeros que dibujaban en CAD y tenían un peculiar "callo" en la parte inferior de la muñeca derecha ( los que dibujaban, pues había otros que usualmente mandaban a hacer sus trabajos o de plano eran nefastos). Bueno la cosa va de que comencé a usar CAD y al poco tiempo me di a la tarea de optimizar mis tiempos y tratar de dibujar la mayor cantidad posible en el menor tiempo y así aprendí a sacarle el mayor provecho al programejo (lo cual me hace muy dependiente de el... chin). Eso con tal de cansarme menos, dibujar rápido, con mejor calidad y sin tanto relajo. Total, es la hora en que no tengo ese dichoso "callo" en la parte inferior de la mano derecha.

Regresando al tema de la disciplina, hoy tuve un arranque de iluminación y regresando de la escuela rumbo a mi casa pase al [inserte aqui el nombre de su supermercado de preferencia]. En mi mente vislumbré claramente que haría mi despensa y compraría lo necesario para subsistir esta semana y nutrirme sanamente (El ejercicio lo descarto porque francamente me da flojera ). ¿Por qué? Bueno, inician días pesados y ayer después de zamparme un alambre de pastor, 6 tacos de cochinita, dos tortas de suadero, una orden de cebollitas y dos refrescos, sentí algo (ademas de "mariposas" en el estomago), la necesidad de no mal-pasarme y cuidar este puerquecito que diosito me dió*se soba la panza*. Eso es un motivo, el otro fue que hoy me asome a mi refrigerador y no había nada, el interior  estaba completamente vacío. Al verlo un par de lagrimas recorrieron mi mejilla derecha y no pude aceptar la idea de un refrigerador sin cosas que refrigerar, me chocan las cosas que no funcionan adecuadamente.

Con esa premisa (aunque la verdad me acorde cuando venia en el pesero y vi el letrero del [inserte aqui el nombre de su supermercado de preferencia]) me lance al [inserte aquí el nombre de su supermercado de preferencia] a buscar pastura... digo, lo necesario para alimentarme sanamente esta semana.  Llegue a casa cargado con mi dotación de champiñones, pimientos, brocolí, lechuga (no especifico el tipo por que agarre la primera que ví),  zanahorias, manzanas y no se que otras cosas más. Vacié todo el cargamento en el refrigerador y una sonrisa de satisfacción se pinto en mi rostro (la cual se apago al pensar que comeré como vaca).

Mientras me zampo una manzana y unas hojitas de lechuga con champiñones y queso panela, me pongo a pensar que ya escribí demasiado, que bien pude avanzar en lo de mi tesis, y que ya llegaron los días pesados (con el refrigerador lleno, y a ver cuanto tiempo me dura este mood intento de disciplina por comer algo sano) A ver.

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