Después de varias noches al fin anoche soñé algo acerca de V. Fue una especie de regaño. Sólo diré que mi inconsciente me dice que no haga cosas vanas y que deje de pensar en ello. Eso hago. Eso trato de hacer.
Por otra parte.
No puedo dibujar. No estoy tan bien
como pensaba, no sé cuánto más tardaré.
Una catarsis más. Un estallido más. Y colapsar. Me gusta esa palabra.
Oigo la música que a
ella le gusta, un tanto para no hacer lo que otras veces hice. Anteriormente
prefería no escuchar la música que me significaba y era mi manera de levantar
un muro y proteger mis emociones. Ahora lo contrario. Escucho la música que me
significa para que vaya perdiendo sentido, la fuerza de la costumbre termina
por hacer todo tan normal. Tan como si siempre hubiera estado allí. Tan normal, como siempre debió ser. Tan como si
fuera nada. Al final otra experiencia.
Pero entre tanto dejo que la emoción se desborde…. Un poco más. Como las presas
no me conviene estar a tope.
Y tras desbordarme
me siento mejor.
Al final el muro
está ahí, pero dejo salir lo malo para curarlo. Una caja de Pandora quizás. Soy
puro contenido. El contenedor es lo de menos (Al final soy ambos). No sé cómo
antes pude contener tanto. Ahora fue tan poco, pero intenso. Y eso supongo que es
lo que me trae así. O quien sabe. Quizás con los años mi dramatismo va
aumentando y sobre-actúo. (Lo cierto es que en verdad me conmocioné, pero me
quiero engañar). Quizás mi yo contenedor ya no resiste tanto. Y supongo que sí:
A veces no resisto y pum… sobreviene el
desborde. Y pienso. Pienso y pienso.
Una hoja doblada,
traspapelada entre inmensas pilas de papeles y libros. Una botella vacía en el
suelo. Una rebanada de sandía. El polvo sobre mi laptop. La luz que se filtra
entre los vanos sin ventanas. El aire que
corre por los mismos vanos y alborota mi pelo. Y yo perdido entre tantas cosas
nimias. Buscándome. Re-encontrándome. Y me gusta la sensación. Como en el sueño
en el que me hablaba por teléfono y me escuchaba a mí mismo. Me gusta la
sensación de lo diferente, lo nuevo, lo otro, o quizás es sólo el viento en mi cara. Probablemente
ambas.
*se chinga un puñito de cacahuates con chile y ajo*
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