Luego, quizás sea cosa del clima, pero los días grises siento que pasan lento, o como que pasan no queriendo pasar. La cosa va de que amanece y uno se asoma por la ventana esperando un dia soleado o por lo menos luminoso. Es lo normal para mi cuando veo el reloj y son las 7 de la mañana. Uno espera recibir un golpe de luz tremendo al abrir las persianas, pero no. La imagen de un dia gris y un poco frío siempre me regresa a la cama. Luego pasan dos horas y la luz se mira igual. Pasan otras dos horas y lo mismo. Total, que para cuando uno se despierta ya han pasado unas cuantas horas más de lo previsto y terminas llegando tarde a donde tenia que llegar. Pierdo la noción del tiempo con este clima. Esa situación se agrava si recuerdo que los días grises me resultan odiosos pues la luz arroja sombras que son muy difusas y me cuesta reconocer formas, siluetas y perfiles. En los días grises me siento horriblemente ciego, todo lo veo plano y sin chiste. Sí eso lo añadimos a mi carácter pesimista pues no es muy buena combinación.
Retomo lo que quería decir. Me molestan estos días porque el tiempo pasa como no queriendo. Pasa lento, y las horas se camuflan. Uno piensa que es tarde cuando es temprano o al revés. Y para cuando uno sigue el chiste de ese juego el día ha acabado. Como hoy.
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