jueves, 3 de mayo de 2012

Orquídeas y cosas por el estilo...

Últimamente ando como que no queriendo resolver algunos asuntos, haciéndome guaje nomas por amor al arte, al arte de hacerse guaje. Procastinación le llaman. Entre que no resuelvo nada y me rasco la panza me infligí una rutina nomas por no perder ese hilo de cotidiano que muchos tienen. Así como para aferrarme a cualquier cosa y no volverme un huevón pleno. Eso quiero pensar. 

Como me apasionan las plantas (entre muchas otras cosas) y la jardinería me resulta relativamente placentera (entre muchas otras cosas que podría hacer en la mañana como rutina), opte por cultivar orquídeas. Lo de optar como que no va porque creo que las cosas que se hacen vicio si bien son opcionales a veces parecen una especie de callejón sin salida. Escribo esto porque cultivar orquídeas por alguna razón creo que es más adictivo que cultivar otro tipo de plantas (y con perdón de aquellos que cultivan cactus y suculentas, pero me genera poco interés una planta que no necesita que la cuiden). De cualquier forma, el interés por la jardinería ya lo traigo desde hace años y como actividad para ocuparme estos días me pareció bueno. Cuando hablo de cultivar es cuando la cosa cambia pues aunque no soy un cultivador profesional sí me tomo este vicio/hobbie/loquesea con mucha seriedad (la mayor seriedad que mi manera de ser puede permitir). Fue cuestión de conseguir mi primer planta y luego otra más y luego otra y luego uno convierte la azotea de la casa en un mini-orquideario y luego uno hace un 'in vitro' que nomas no sale, luego otro y otro hace unas horas porque uno no se cansa de intentar (Porque para colmo uno aún quiere tener más plantas y por eso se trata de reproducirlas de maneras poco convencionales). Las cosas son así con los vicios que llevan de una cosa a otra. Uno empieza con una planta hace unos cuatro años y luego tienes que ir a la azotea a regar 66 plantas de 32 especies de orquídeas ( y ver donde se acomodan). Como que no sé porqué pero me gusta. Bueno, sí sé porqué. Razones hay varias pero me cuesta escoger alguna. Desde el aroma a bombón de la Stanhopea oculata que una vez que floreció me despertó a las cinco de la mañana, intenso y concentrado en mi cuartucho en el DF;  la fragancia a coco de la Maxillariela tenuifolia; la variedad de formas y colores en las flores, como la Phalaenopsis y otras un tanto más raras como la Prosthechea cochleata con su forma de pulpo; la satisfacción que da ver florecer a tu primer orquídea casi cuatro años después de haberla conseguido y de haberla rescatado de una muerte inminente; el diseño variado y especifico de cada flor y cada subespecie y las diferencias en los aromas de cada una (ese sería un buen motivo, inspiran muchas cosas). Como creo que no acabo sólo puedo decir que me encantan estas muchachas.

Aquí van fotos de las que conozco con 'certeza' su nombre:


Rhynchostele cordata. (3era. floración)


Prosthechea cochleata, de arriba a abajo: botón floral, flor y capsula con semillas.


Prosthechea fragrans. (2da. floración)


Phalaenopsis híbrida.



Camaridium densum (antes Maxillaria densa) (primera floración en 4 años)


Epidendrum obriaenianum


Maxillaria variabilis var. aurea


Maxillaria varibilis var. sanguinea


Maxillaria varibilis var. negricensis


Oncidium maculatum


Oncidium sphacellatum


Trichocentrum cavendishianum


Dendrobium nobile


Maxillariella tenuifolia


Dichaea glauca


Prosthechea vitellina (3era. floración)


Stanhopea oculata


Lycaste aromatica


Cimbydium híbrido

 Faltan unas 13 orquídeas de las que no conozco su nombre, por el simple hecho de que no conozco su flor.  Ya con el tiempo las iré descubriendo.

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