domingo, 20 de septiembre de 2009

De la conveniencia de comer hamburguesas o de los madrazos que se da uno en la vida!!!

Suele suceder, todas las mañanas, de hecho en cada momento de mi vida (desde que me levanto hasta aun antes de dormir) que trato de cuidar cada movimiento que hago. No me gusta ser torpe, ni parecerlo. Aun asi es difícil adivinar lo que pasara. Digo, uno sale de casa a comprarse una hamburguesa y ya en el camino uno ve a lo lejos que ese cubito amarillo en la esquina, el dichoso local de las hamburguesas, se halla rodeado por un cumulo de gente. Simplemente esta atascado de personas esperando para ordenar o para llevarse su orden, entonces uno puede decidir si esperar o analizar las alternativas que tiene: adelante hay tacos de carnitas y cosas así, ademas las hamburguesas no son el plus de uno. Como las opciones son reducidas y la gente en el local de las hamburguesas es mucha, uno toma la decisión de comer inefables tacos de carnitas. La espera por los tacos es en cambio corta, así como el tiempo en el que comienza a llover. Entonces, esperando a que la lluvia amaine uno se dedica a ver las nubes pasar y los círculos concentricos que se forman en los charcos cuando las gotas caen. Uno divaga acerca del por que los perros persiguen las motocicletas, pensamiento tan glorioso y de tanta trascendencia que simplemente se ve eclipsado por el claxon de un automovilista dispuesto a pasarse un rojo. Es eso y el invariable tono gris-oscuro-negro del pavimento. Eso todo eso y las ansias de estar en casa ya comiendo tacos de carnitas, cisticercos, y lo que traiga, que a fin de cuentas vale madres. Uno asoma el rostro hacia el cielo, como buscando algo, pero uno simplemente espera que las gotas disminuyan, y que el cielo se calme. Cinco minutos son suficientes para mi paciencia, asi que cuando uno se disponía a largarse del poco confort que puede ofrecer una lonita rosada de puesto de tacos de carnitas callejero, es en ese momento, en el que la lluvia disminuye. Como todo buen banquete en el que se hallen implicados unos tacos de carnitas, lo que no me puede faltar es mi tipico Boing de Fresa, para lo cual debia pasar otra vez frente a las hamburguesas y cruzar la calle para llegar a la tienda. Asi con el nuevo rumbo fijado, con mis tacos en la mano y un Boing de Fresa en la mente, emprendi el trayecto de regreso. Se que es algo trivial, y aburrido pero ya casi acabo, ok, ademas la parte del madrazo es la genial (¿Por que no habia alguien grabando eso?damn it!).
Como sea. Ya iba pasando por las dichosas hamburguesas, cuando note que una parte de la banqueta se hallaba levantada, inclinada hacia donde yo me dirigia. Pise con el pie derecho el borde e inmediatamente el pie izquierdo se apoyo en esa parte de la banqueta senti como se iba hacia adelante, trate de afianzar con el pie derecho, pero le fue igual: los dos pies para adelante y sopas!! Cai completamente sobre mi espalda en el suelo mojado y resbaloso. Eso si: no solte para nada mis tacos!!! Fue algo cagado por que no pude reaccionar, de un momento a otro estaba ahi tirado en el suelo, boca arriba con los brazos a los costados y con mis tacos ilesos. Después de contemplar el cielo gris desde el suelo y de incorporarme, mire hacia todos lados para ver si alguien me habia visto, imagino que no, por que desde las hamburguesas hubieran estallado las carcajadas, o quien sabe, quizas las disimularon, aunque habia mucha gente. De todas formas ese pensamiento quedo relegado a otro nivel cuando en mi mente recobro su posición el Boing de Fresa. Me levante y todo me dolia, la cabeza, la espalda y mis brazos. Como sea los tacos sabian bien, quizas no valian la pena el golpe, y el Boing decente, ya no recuerdo que estaba pensando.

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